domingo, 2 de noviembre de 2008

celebración de muertos despues de la conquista







Los evangelizadores cristianos para lograr sus objetivosse vieron en la necesidad de adoptar algunas tradiciones indígenas, mezcladas con sus enseñanzas y así darle una forma nueva y por supuesto, rica en tradición, asignaron una fecha fija dentro del calendario cristiano, primero y dos de noviembre.
Después de la conquista española se estableció en México el día de Todos Santos y de los Fieles Difuntos, que se solemnizaban desde los 827-844 por disposición del Papa Gregorio IV.
Al ocurrir la conquista el país, la
religión católica cambió totalmente el concepto sobre la muerte. Se le empezó a ver como algo temible pensando en las penas del Purgatorio y del Infierno, con la esperanza para muchos de la felicidad y del descanso eternos. Se le dio la imagen a la muerte de un esqueleto con guadaña. Se le empezó a rendir culto a las ánimas del purgatorio, Fue en el siglo XVII cuando se trató de quitarle lo terrorífico para darle un aspecto de amabilidad, viéndolas sin miedo y con fe.
La muerte se ve en juguetes, cada año la vemos en diversos
mercados del país.
Antiguamente se confeccionaban unos "entierritos" con figuras humanas cuyas cabezas eran de garbanzos y el traje de papal negro, simulando al difunto y a los padres trinitarios, que eran quienes se encargaban de llevar los cadáveres de la gente humilde al camposanto. También se hacían tumbitas de tejamanil negras con adornos blancos y con candelabros de carrizo y una figura de berro representando al difunto.
Esto demuestra que para los mexicanos desde pequeños, la parca, la calaca, la huesuda, la dientona, la flaca, etc., les resulta muy familiar.
Desde el siglo XVI se han redactado numerosas oraciones y plegarias, unas imponentes y otras con esperanza, dedicadas a la muerte.
En canciones y corridos también se han ocupado de la muerte, algunas obras trágicas y espeluznantes. También figura en obras teatrales, como la muy conocida que lleva el nombre de "Don Juan Tenorio", del
español José Zorrilla.
Diversas lápidas especialmente de los cementerios antiguos como el Tepeyac, y el San Fernando en México son verdaderos muestrarios de
poesía mortuoria.
Es típico en los días de muertos instalar ofrendas, que no solo tienen origen en nuestro país, sino en otros pueblos del mundo.
Las ofrendas son verdaderas obras de
arte y tienen sus características propias de cada lugar.
Otras costumbres relacionadas con los difuntos consiste en hacer una cruz de cal o de algún otro polvo en el lugar donde se veló el cadáver, y levantarla a los nueve días. Mandar decir misas por las almas y cuando cumplen el primer año de fallecidos, velar y hacer otra cruz como cuando murió.

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